lunes, 27 de enero de 2014

José Emilio Pacheco

Ayer, cuando me enteré de la muerte de José Emilio Pacheco (n, Ciudad de México, 30 junio 1939- f. Ciudad de México 26 enero 2014), estaba yo en plena pasión fut bolera (no soccer que de eso ni idea me doy) del Pro Bowl. 

Dieron la noticia justamente en el segundo cuarto, pestañeé varias veces, tratando de asimilar la noticia, ¡vaya forma de enterarse de la muerte de una figura tan prolífica: por un partido de fútbol"; busqué la nota, pero aun no estaban actualizadas, esas redes sociales no estaban actualizadas: el colmo.

De inmediato se me vino a la mente tres cosas: el libro de las Batallas en el desierto, que leí hace varios años; la canción de las Batallas de Café Tacvba y el rostro amable de Cristina Pacheco (ahora la viuda) de quien veo de vez en cuando su programa de "Conversando con... "

Terminé de ver el juego, claro está, pero ya traía en mi cerebro las tonadas de la canción de los tacubos, el amor que le tengo a ese libro y la pena que embargaría a la familia cercad de Pacheco... ¿y por qué no? también de la comunidad periodística y cultural de México.

Mi país no se identifica precisamente por ser un gran lector, quizá más de la mitad de la población ni siquiera sepa quién fue Pacheco ni qué escribió, leído sus obras o siquiera saber que fue el premio Reina Sofía y del Premio Cervantes en 2009. 

La lectura no debe ser vista como una obligación, debe ser vista como un placer a los sentidos, y Pacheco enamoraba con sus textos, y no era un autor que dijéramos era "difícil", no, al contrario era (es) de una lectura amena, fluida... agradable, un autor que no debe dejar de leerse.

En la madrugada de hoy, ya cuando se asimila el hecho de la partida física de Pacheco, las estaciones de radio y los programas de TV dan rienda suelta a sus comentarios. ¿Por qué no? el mejor tributo que se le pueda dar a un autor es leerlo y la invitación es esa: leerlo

Comparto un poema corto que creo que es el que mas se apega a la vida, a las sinrazones que nos pone en el camino y que muchas veces no comprendemos:

Memoria

No tomes muy en serio
lo que te dice la memoria.

A lo mejor no hubo esa tarde
quizá todo fue un autoengaño.
la gran pasión
solo existió en tu deseo.

Quién te dice que no, te está contando ficciones
para alargar la prórroga del fin
y sugerir que todo esto
tuvo al menos algún sentido.


Si el bolero Obsesión, inspiró a Pacheco a escribir esa gran novela que es "Las batallas en el Desierto" (1981) y ambos inspiraron a los tacubos para musicalizarla, que no se quede ahí, que sea inspiración para muchas generaciones venideras, porque José Emilio Pacheco deja un gran herencia como escritor. Como lectores y mexicanos no debemos olvidarle, nunca deben de faltar los Carlos enamorados de las Marianas.



Obsesión
autor: Pedro Flores

Por alto que esté el cielo en el mundo,
por hondo que sea el mar profundo,
no habrá una barrera en el mundo
que mi amor profundo no rompa por ti.

Amor es el pan de la vida,
amor es la Copa Divina,
amor en un algo sin nombre
que obsesiona al hombre por una mujer.

Yo estoy obsesionado contigo
y el mundo es testigo de mi frenesí.
Por más que se oponga el destino
serás para mi... ¡Serás para mí!

Amor es el pan de la vida,
amor es la Copa Divina, amor es un algo sin nombre
que obsesiona al hombre por una mujer










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