viernes, 24 de enero de 2014

El Francotirador Paciente



“El Destino es un cazador paciente. Ciertas casualidades están escritas de antemano, como francotiradores agazapados con un ojo en el visor y un dedo en el gatillo, esperando el momento idóneo. Y aquél, sin duda, lo era. Uno de tantos falsos azares planeados por ese Destino retorcido, irónico, aficionado a las bromas pesadas”

Diariamente me topo con grafitis, algunos mi cerebro no los registra a detalle, otros ni percibo su presencia, se han vuelto como parte del paisaje, como cualquier cosa, un detalle ínfimo, un detalle insignificante.

Sin embargo, al leer a Pérez-Reverte, y visualizar en mi mente el catalogo de imágenes de tags y de grafitis, propuestas artísticas o manifestaciones políticas (la mayoría en contra del sistema, cualquiera que sea nuestra concepción de este), en mi cerebro re burbujearon miles de imágenes que en algún lugar había visto o admirado.

Nunca me había tomado la molestia de analizar un grafiti, ni idea tenía de que las firmas les llamaban “tags”;  para mí,  el grafiti solo era una serie de rayones sin ton ni son, sin sentido, una simple manifestación de rebeldía y daño a la propiedad privada. "Si no es ilegal, no es grafiti".


Pero mi percepción cambió, no que ahora sea una amante de los grafitis o que me volveré una escritora de paredes, pero ahora intento comprender el qué expresan esos dibujos, el analizar los colores o el estilo del autor, por supuesto que es manifestación de arte urbano, todos tenemos el deseo de expresarnos y ser escuchados y tomados en cuenta; pero también estoy de acuerdo en que algunas de esas expresiones rayan en lo chocante y el mal gusto.

El hecho de que un escritor influya de tal manera en un círculo social específico y que algunas veces tenga consecuencias fatales, resulta intrigante. Pareciera como una mafia: organizada, con sus  reglas no escritas, con sus miembros cubriéndose las espaldas, compartiendo una ideología  en común (algunos de manera políticamente adecuada y otros no tanto, rayando en el vandalismo).

El hecho de que Lex sea una mujer con gustos diferentes (para usar las palabras del personaje “antagónico” Biscarruès) nos pone la trama de otro color, no es  una mujer  que vaya a buscando su objetivo con ánimos de conquista, sino de desenmarañar los planes de Sniper, el francotirador paciente.

¿Quién es el más astuto de los protagonistas, el más inteligente? Eso lo vamos descubriendo a lo largo del viaje de Lex desde Madrid hasta Nápoles.  Un viaje ameno, adentrándonos en la sicología de los escritores  que a la postre pueden ser considerados artistas cotizados (¿traidores a los valores originales de los escritores?), y los que conservan la esencia de ser originales y no venderse a lo comercial y ser  considerados serios. Se agradece la descripción de los paisajes, del entorno

Como mexicana agradezco los guiños que nos da el autor sobre las calaveras mexicanas, y es por ello que el libro me hizo trizas el cerebro, pues devanaba el seso al recordar dónde había visto una de esas expresiones grafiteras, en qué pared la vi… no la recordaba; hasta que una mañana lagañosa y fría me la restregó en la cara: en el camino diario hacia el trabajo. 

(las fotos siguientes las tomé una tarde fría ante la mirada curiosa de algunos vecinos )
 


Así como los protagonistas tienen cuentas pendientes, yo saldé  la mía con el arte urbano. 

Arturo Pérez-Reverte. El francotirador paciente. Ed. Alfaguara. 2013

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